De un disco que me prestó mi tío Jorge cuando tenía alrededor de 10 años y que yo escuchaba en soledad alguna mañana en que me levantaba antes que los demás, me viene a la cabeza una canción al despertar.
La escucho en el móvil, la traduzco, la saco, la grabo. La comparto.
Creo que llevo toda la vida en esto.
La dejaré ahí 24 horas. Después la borraré.
PS: Estoy pensando en la impermanencia en la red.
PSS: Gracias Jorge, por tratar al niño como persona y por tantas coas.
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