Últimamente suelo decir que dentro de Siempre volviendo a casa late una vocación folclórica, porque la letra de cada canción tiene una escritora o un autor diferente, que habla de asuntos y momentos de la vida desde perspectivas diferentes. Aunque el músico Barriuso que las ha traído a este tiempo decidiera hacerlo todo él mismo con su guitarra, no por ello cada canción deja de tener su propia voz.
Es por eso que lancé la propuesta de colaborar con artistas de cada lugar adonde este proyecto me lleve, en busca de voces, gentes y, sobre todo, momentos de vida. Y eso es lo que hicimos la noche del sábado 8 en Burgos, vivirla intensamente.
Burgos es mi ciudad de origen, y he encontrado en este volver a ella el apoyo incondicional y generoso de un montón de amigos: los más de setenta que se reunieron en el Poa en torno a este concierto, y los más de seis que trajeron sus ideas e instrumentos para dar nueva forma a las canciones. Debo dar las gracias públicamente a Blanca, Iván, Raúl, Joaquín, Isaac y Miguel, que subieron conmigo a las tablas dándome una enorme alegría. También a César y Quique, David, Vanessa, Marta, Javi, Cecilia, Mon, Germán, Mari Carmen, Antonio, Alfredo, Susana, Carlos, si empiezo a recitar nombres no terminaré este post… y a toda esa gente que vino con ganas de escuchar y de pasarlo bien. Daros por aludidos, fue una gozada veros.
No me corresponde a mí hacer la crónica del concierto, así os dejo un vídeo en el que estamos casi todos haciendo Una fanfarronada y una respuesta con algunos retoques circunstanciales en la letra (que Doña Úrsula nos perdone), debidos al hecho de vivir o haber vivido varios de los presentes en la cercana y entrañable localidad de Villagonzalo Pedernales y haber hecho mucha, mucha música en ese pueblo, pardiez.
Yihaaaaa!
Después de esto sucedieron más cosas: amigos que se emocionaron de verse juntos de nuevo y en acción, el invitado sorpresa que se hizo con el protagonismo a los bises sólo para pedir matrimonio en directo a su novia allí mismo entre canción y canción, con todo el romanticismo de su ser. Una jam session se armó a la que se unieron Chuchi y Zuleima y se cantó el cumpleaños del Almendro, otra sesión cerró el círculo en torno a los locales de San Medel y las canciones de la memoria común… se reunió la gente, se celebró el cariño, se abrazó mucho aquella noche.
¿Puedo pedir más folclores?
Áo
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